Si el Diario de Burgos no se equivoca, resulta que el famoso
barrio Gamonal votó mayoritariamente al PP en las elecciones municipales de
2011, sacando dos mil votos al PSOE (10.437 frente a 8.461). Así titulaba la
noticia el citado diario unos días después de la nueva mayoría absoluta obtenida
por el PP para gobernar la ciudad castellana: “ Gamonal-Capiscol también ha
dejado de ser el granero de votos del PSOE al perder 3.517 respecto a los
comicios de 2007”.
No tengo el dato del resultado que obtuvo el PP en el citado
barrio en las elecciones generales celebradas unos meses después, pero si
extrapolamos el dato general de la ciudad de Burgos podemos concluir que esa
diferencia se amplió a favor del PP porque la brecha en el porcentaje de votos
otorgados al PP y al PSOE se agrandó aún más en las elecciones que ganó el señor
Rajoy.
Este dato objetivo podría avalar muchas reflexiones sobre lo
ocurrido en nuestro querido país en los últimos años. Podríamos hacer
responsables a los vecinos y vecinas de Gamonal diciendo que bien merecido se
lo tienen por haber votado a quien no debían, al grito de una castiza expresión
malsonante que define perfectamente la cuestión: ¡ qué se jodan !. Podríamos
tratar de ilusas a esas mismas personas porque, como consecuencia de su
desesperación y falta de horizontes, depositaron su confianza en unos líderes que
pensaban nos sacarían de esta crisis. Incluso también podríamos reprochar la
manipulación ejercida por unos políticos que, aprovechando una situación de
crisis social y laboral sin precedentes, consiguieron la confianza de los
votantes en base a mensajes imposibles y mentirosos.
La primera posibilidad ya se ha cumplido porque, a pesar del
triunfo vecinal al parar unas obras difícilmente justificables, muchos vecinos
de Gamonal habrán sentido en sus propias carnes las consecuencias de unas
políticas caciquiles. Al margen de los detenidos y apaleados, cuántas lágrimas,
cuántas noches en vela, cuánto frío en las vigilias nocturnas, cuántos dolores
de estómago por nervios incontrolados,… habrán sido fruto de la puesta en
marcha de un proyecto urbanístico no deseado. Por tanto, el ¡ qué se jodan ! ya
se ha cumplido.
A estas alturas de la película, la inmensa mayoría de los
ciudadanos, sean de Gamonal o no, reconocen la burda manipulación electoral del
PP al aprovechar la coyuntura social para obtener el gobierno de España con
mensajes como “conmigo bajará el paro” o diciendo que la culpa de todo era de Zapatero.
El cuento de la herencia recibida cada día afortunadamente tiene menos adeptos
y es incluso objeto de mofa ante la incompetencia manifiesta de estos
gobernantes.
Sólo nos queda la premisa de la ilusión. Salvo que la realidad
se les haga insoportable, nunca reconocerán la situación de fraude electoral por
incumplimiento manifiesto del programa y, por tanto, estaremos abocados a otro
proceso electoral cuando se vaya agotando el plazo ejecutivo de cuatro años. La
única esperanza está fiada a que la situación de paro se revierta y Mariano pueda
presentarse como un estratega iluminado que no dudó en recortar derechos en
aras de una mejora económica que sólo él vislumbró. Y para ello una de las premisas
es alargar el calendario todo lo que sea posible, si la situación lo permite. Sólo
espero que cuando seamos convocados de nuevo perdamos esa ilusión, actuemos de forma
madura y responsable, seamos conscientes de la importancia del acto de votar y…
les demos una patada donde más les duela para que sean ellos los que se jodan,
después de fastidiar y engañar a todo ciudadano bienpensante y poco iluso.